Los caminos tradicionales eran antiguas vías de comunicación entre los pueblos. Caminos de mineros, arrieros, pastores, contrabandistas, e incluso maquis. Algunos también servían de acceso a las obras de las centrales hidroeléctricas, en los bosques o en los prados de alta montaña. Todos ellos deseando escapar del olvido y formar parte de la conexión de los 33 pueblos del Valle de Arán. Además, se han añadido pequeñas aldeas sobrepasando en total los 40 núcleos habitados.
Y así es como nuestro camino ha emprendido su largo viaje, adentrándose en fantásticos bosques de hayas, robles, abetos, atravesando antiguos prados y descubriendo pequeños rincones. En total, recorriendo 150 km con un desnivel acumulado de 6000m de subida y otros 6000m de bajada.